Anoche (hace dos semanas xD) iba a acostarme pronto. Cuando iba a dar las buenas noches, en el comedor estaban viendo una película de Van Damme. Fue una película sin mucho sentido que, de tan mala que era, te enganchaba a querer ver más para asegurarte de si el bully de turno recibía la paliza que tanto merecía.
Un humilde profesor de karate se ve obligado a mudarse y empezar de nuevo con su hijo tras quedar cojo en un incidente. El sueño de su hijo era ser tan buen luchador como Bruce Lee, a pesar de las negativas de su padre. Con ayuda de un amigo el chaval buscará su propio camino para demostrar que las artes marciales no son «vulgares».
El principal sin sentido de Retroceder nunca, rendirse jamás es que luchan karate en un ring usando guantes de boxeo (mientras editaba esta publicación me he enterado de que eso se llama artes marciales mixtas, pero mientras veía la película, mi cabeza no lo procesaba). Eso junto a la fumada a la que recurren para que el chaval aprenda a defenderse para recuperar a su novia -para mí que es todo cosa del amianto- es lo que te va a dejar cara de tonto.
No obstante, el amigo gracioso, bailongo y con recursos para todo ayuda a conectar todos los cabos inconexos de la película y aportará el toque desenfadado que la cara mustia de Van Damme le quita.
Hay personajes que parecen la copia barata de Michael Jackson, Rocky Balboa y Daniel el travieso. Además, la calidad de audio deja bastante que desear. Aunque no dudo que en los años 80′ sería la bomba.
La mezcla de todo esto es lo que convierte a esta película mala en una entretenida y divertida (y educativa). Especialmente en compañía.
La parte buena es el entrenamiento del protagonista. Todo lo que aprende es cierto. Me gusta que demuestren que no es todo fuerza lo que se necesita para ser el mejor y que, al mismo tiempo, la mejor defensa es un buen ataque. Todo es saber cómo, cuándo y dónde aplicar nuestros conocimientos.
Si os apetece ver una película de tortas con toques de comedia y sobreactuación, esta es una buena opción. Sigue siendo mejor que muchas otras actuales. ¡Ah! Esta película es la que hizo que Van Damme se hiciera famoso.
el concepto de «es tan malo que es bueno», como me apsa con lmuchas de estas peliculas, mas modernas como Los Mercenarios o como ahora con Hulka. No te las tomas en serio, estas peliculas tampoco se toman en serio y juegan con ello y por eso terminan gustandome…. Tambien es un arte hacer una pelicula mala y que quieras verla.