Si cuando era adolescente los videojuegos de recreativas los hubiese tenido que pagar con dinero real como mi generación anterior y no solo apretar el botón 5, me hubiese arruinado. Es increible cómo la capacidad de tener créditos infinitos me convierte en un jugador kamikaze. Ya iba practicando para jugar al Monaco: What’s yours is mine. Aunque es cierto que muchos juegos no los hubiese terminado sin esas vidas infinitas. La verdad sea dicha.
Caveman Ninja es un run and gun que me enseñó mi hermano mayor una tarde de verano que estaba hasta el gorro de oirme decir: «me aburrooo». Fui una niña bastante pesada. Mosca cojonera me llamaba de forma cariñosa (de verdad era de forma cariñosa). La primera partida jugamos a dobles; lo que hoy en día llaman modo cooperativo. A partir de la segunda partida ya me dejó volar y ahí es cuando empezó a sonar el «cò» de echar una monedita para tener más vidas mucho más de lo que debería.
Tengo el recuerdo de terminar la historia con facilidad. Sin embargo, el otro día lo revisité y sudé para llegar a la fase que estás dentro de un dinosaurio. ¿De pequeña era mejor jugadora o es que ahora me he acostumbrado al modo fácil que traen casi todos los juegos?
Con toda mi inocencia, tenía ganas de ver el beso final porque significaba que el bien había prevalecido. Actualmente veo que después de eso viene una escena para mayores. ¡Muerte por kiki! Ese final, en fin, me deja sin palabras. Ja, ja. Me gusta que tenga toques de humor absurdos y picantes, pero que sea para todos los públicos. Lo irónico de la escena final es que no hay beso como a final de cada fase. De pequeña entendía que huían los protagonistas de las mujeres rescatadas porque les daba miedo, o asco (como nos pasa a todos de niños), que tantas mujeres les besaran. Inocente yo…
El sonido si mueres muchas veces puede llegar a cansar, pero si vas sobreviviendo, en 20 minutos terminas la historia y no aburre. Los jefes son de lo más variopintos y originales. A pesar de conocer las limitaciones de la época, echo en falta que sea más largo. El remake no lo he visto y no sé si añade algo más. Me da miedo mirarlo y llevarme una decepción, sinceramente. Prefiero quedarme con el buen sabor de boca que me deja este y, en todo caso, echar un ojo a la secuela que tampoco sé si es el propio remake o un juego nuevo. Mi próxima tarea será comprobarlo.