Por algún motivo, el segundo sábado de cada mes suena la campana de la iglesia al marcar las 2:03h de la madrugada. Hay varias leyendas al respecto, pero ninguna es demostrable. La más recurrente es la siguiente.

Una pareja de enamorados decidió casarse en contra de la voluntad de los padres hace muchos, muchos años. En esa época estaba prohibido casarse sin el beneplácito de los padres. Con este motivo recurrieron a un cura que estaba tachado por los pueblerinos como moderno.

Durante la ceremonia, la cruz gigante que estaba colgada detrás del altar como parte de la construcción con su hormigón y sus inspecciones se despegó de la pared y cayó sobre el cura y los dos enamorados aplastándolos.

Se dice que la campana la toca ese cura para que la pareja encuentre el camino de vuelta desde el infierno y puedan encontrar la paz que tanto ansiaban y casarse por fin cumpliendo así su sueño de estar juntos en matrimonio.