Uno de los motivos por los que Final Fantasy IX es mi juego favorito de la saga es su ambientación. Al tener un aspecto más, digamos, medieval, te saca de tu rutina. Ese mundo de fantasía es inolvidable y consigue que te teletransporte y que te olvides de tu día a día durante ese rato. Mientras juegas, eres el personaje que se ve en pantalla.
En la época en que no había internet en los videojuegos, los que eran para un solo jugador debían tener una buena historia y solían durar bastantes horas para que fuera atractivo para el jugador. Especialmente si es un juego caro.
Ahora lo que se premia es que tenga un buen modo y servicio online, aunque la historia principal sea breve. Como decían las madres: mientras salgas comido y abrigado, el resto da igual. Discrepo, pero es lo que se lleva ahora.
Yo juego para perderme dentro de una historia diferente a la mía. A un mundo tan dispar al mío que me permita desconectar. O, por lo menos, vivir una historia que me relaje. Por eso, en Black Desert Online no me ciño mucho a la historia que es matar, matar, matar y me paseo mucho y me hago tantas fotos. Es como si me fuera de picnic.
El mundo medieval, tanto en cine como en videojuegos, siempre ha tenido algo atrayente para mí. La magia, criaturas fantásticas, ciudades desconocidas, poderes sobrenaturales… Esto es lo que más me gusta leer, ver y vivir. El mundo futurista, en cambio, no me dice mucho. Casos como Beyond: Two Souls son la excepción, pero porque tiene el toque sobrenatural.
Con todo esto quiero decir que echo de menos esos juegos de rol. Ayer leí un fragmento de La Leyenda de FFIX que me hizo darme cuenta:
¿Y después?
En cualquier caso, esta novena entrega quedará en la memoria de los jugadores por su componente simbólico. Se trata del último Final Fantasy en el que Hironobu Sakaguchi estuvo tan implicado, puesto que su voluntad de exportar a la gran pantalla su serie de culto posteriormente lo lleva a invertir su energía en la producción de la película Final Fantasy: La fuerza interior. El fracaso comercial del largometraje causa la quiebra del joven estudio Square Pictures y lleva al creador a dimitir de su puesto en Square para a continuación fundar su propio estudio, Mistwalker. Final Fantasy IX también constituye el último Final Fantasy en el que colaboran estrechamente el legendario trío formado por Sakaguchi, Amano y Uematsu. Concebido como un juego homenaje, el episodio se caracteriza por un regreso a los orígenes con referencias procedentes de los numerosos Final Fantasy que le precedieron. Asimismo, actúa como un testamento, como un hito que marca el final de un ciclo, el final de una época, la de los RPG «a la antigua».
La leyenda Final Fantasy IX, páginas 116 y 117.
Además de no conocer muchos títulos de la época que cumplan mi descripción (no porque no los haya, sino porque no he insistido en encontrarlos), hoy en día no veo que publiquen de otros nuevos. Indivisible es lo más cercano y me lo estoy disfrutando como una enana, pero le falta una estética más madura para cumplir el 100%. Creo que es, más que nada, porque la protagonista aparenta unos 12 años entre su altura y su voz.
Si tenéis recomendaciones para mí, por favor, dejádmelas en los comentarios. ¡Lo necesito! Ja, ja. Entre todos podremos comentar nuestras recomendaciones e impresiones. Creo que será divertido. (´ω`*)