Sofía vivía en una aldea que estaba todo el año nevada, a lo alto de una montaña. Las casas eran de piedra, pero se mantenían bien muchos años y por dentro no hacía frío. Esta aldea tenía dos peculiaridades: estaban prohibidas las relaciones con gente que no fuera familia tuya y los primogénitos tenían un sexto sentido que les permitía detectar cuándo alguien se había saltado la primera norma. Podías salir de casa a hacer tus recados y quehaceres, pero no debías cruzar ni una mirada con el resto de habitantes. Si incumplías esta norma, ello conllevaba la pena de muerte.

El abuelo de la niña le contaba viejas historias sobre la colina que tenían detrás de casa, rumores de otras familias, aventuras de la suya propia, le enseñaba lecciones de la vida y cultura general como si se tratara de un buen profesor porque, claro, no existía el colegio. Ella desconocía el motivo de esa ley tan extrema. No entendía por qué era así y por qué no se podía discutir. Lo que sí sabía y el resto de la aldea desconocía era que ella tenía un amigo llamado Gang.

Se conocieron una tarde en la colina mientras Sofía estaba recogiendo unas flores para su madre. La pobre estaba siempre muy triste, ya que antes de nacer ella había otra hija, Agata. No llegó a conocer a su hermana. Por eso a ella no le afectaba, pero no quería ver a su madre triste. Por eso, todos los domingos le traía un ramo de claveles de diferentes colores.

Rápidamente se hicieron amigos y se veían prácticamente a diario. Hablaban de qué les gustaría hacer de mayores, dónde viajarían, de cómo eran sus familias… Tenían mucho en común. Tenían la suerte de que en todo el año que se estuvieron viendo nadie lo notara. Sofía era tan feliz de tener un amigo…

Poco después de año nuevo hubo un terremoto en la aldea. Hubo grandes destrozos y los niños tenían prohibido salir de casa hasta que estuviera todo arreglado. Pasaron tres largos meses. Sofía se preguntaba cómo estaría Gang. Cuando por fin se reencontraron Gang le regaló un pañuelo rojo con los bordes de encaje precioso. Desde ese día lo llevaba siempre en la cabeza para recogerse el pelo.

Poco a poco, con el tiempo, Sofía estaba cada vez más alicaída sin saber por qué. En cuestión de dos semanas estaba como su madre. Una tarde en que se encontraba sola en casa, se quedó mirando una cuchilla de afeitar que estaba sobre el lavabo en el baño, como si estuviera hipnotizada. La cogió y se quedó mirándola. En ese momento, se le cayó al suelo el pañuelo que tenía el nudo medio aflojado y, como por arte de magia, volvió en sí y soltó la cuchilla.

Gang apareció por la ventana y le preguntó “¿Por qué no la usaste? Seguro que es divertido”. Sofía se asustó. No se esperaba que apareciera de repente y aún menos se esperaba tal pregunta. Gang se quedó mirándola con los ojos muy abiertos y una mueca ladeada.

Se da cuenta de que algo anda mal. Sale corriendo hacia la colina de detrás de su casa con la sensación de que le faltaba el aire. Gang va tras ella con el pañuelo en la mano. Al final la alcanza y la empuja al suelo quedando muy cerca del precipicio que había al final de la colina. Entonces, se le acerca a muy poca distancia de la cara, la mira atentamente a los ojos y le susurra asegurándose que entendía cada sílaba que decía: “¿Por qué crees que nadie notó nuestra amistad clandestina?”. Sofía se dió cuenta de la verdad oculta tras esos ojos oscuros. “Imposible. Estabas mu-”. Esas fueron sus últimas palabras.


Espero que os haya gustado esta historieta. Me apetece probar cosas nuevas y dejar soltar la imaginación, así que me he animado a crear historias breves a partir de palabras elegidas al azar. Intentaré que sean de terror o de suspense, ya que es un género que me gusta mucho, pero imagino que en alguna ocasión tendré que variar. 😂 Si tenéis historias de este estilo, estaría encantada de leerlas. Por favor, dejádmelas en comentarios. ☺️ También estaría encantada de leer vuestras teorías sobre quién es Gang y cuál es su origen. Me gustaría saber si coincidimos. 😎

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Laura. La Bichateca

Redactora en reliveandplay.com y bichateca.es // Soy fan de la fantasía y la ciencia ficción. También me pierde una buena historia con suspense y/o vísceras. Veterana de las aventuras gráficas y las plataformas, pero una cagá para los juegos de terror.

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