No podía dar un paso en falso. Mi vida dependía de ello. Me encontraba sobre unas losas en medio de un río. No habría problema si no fuera porque era un río de pirañas.
No podía estar en peores condiciones, ya que el móvil no tenía cobertura, debía cruzar para volver al coche y me perseguía un jaguar. A mala hora decidí aceptar venir a Brasil.
Soy espeleólogo. Me gusta viajar y explorar rincones que no había visto nunca y descubrir los secretos que tienen preparados para mí. Este viaje era un pedido especial de un cliente. No suelo tener clientes, pero este pagaba muy bien.
Me pidió que le consiguiera un citrino mandarino. Quería regalarle una joya a su esposa, pero debía ser hecha de cero y personalizada. Por todo ello me encontraba ahora en Amatista do Sul.
Tras días excavando, conseguí la geoda que lo contenía y volviendo al campamento, me encontré en esa situación. Un poco de prisa y concentración me permitieron salir de esta con éxito. Estas situaciones te hacen cuestionarte si vale la pena, pero el resultado y la aventura me dicen que sí lo vale.